En la actualidad, el valor del conocimiento ha pasado de ser un motor transformador de la mente a convertirse en un activo que parece incomodar más de lo que enriquece. En lugar de buscar la verdad, el conocimiento hoy en día se manipula para producir resultados convenientes, independientemente de su veracidad. Esta tendencia peligrosa nos aleja de la libertad de pensamiento y promueve la manipulación a través de los medios.
El filósofo francés Jean-François Lyotard, impulsor del pensamiento posmoderno, afirmó hace más de 30 años que la sociedad europea tradicional estaba en decadencia y que ninguna doctrina era capaz de explicar el comportamiento de la sociedad moderna. Según su visión, la igualdad en el acceso a la educación y la cultura debía formar ciudadanos responsables, capaces de decidir el futuro de su comunidad. Sin embargo, nos encontramos en una realidad donde el poder y los medios manipulan la información para alcanzar resultados a cualquier costo.

El Conocimiento Como Producto Genérico
Hoy, el conocimiento se ha transformado en un producto genérico, un commodity. Saber para nutrir la mente y favorecer el desarrollo intelectual es visto como algo secundario. Lo importante es que todo lo descubierto genere rentabilidad. Si no lo hace, se desecha, sin importar si es verdadero o no. Todos creemos saber de todo, pero el conocimiento se ha vuelto superficial.
Un ejemplo reciente fue un anuncio que escuché: «La investigación revela que hacer ejercicio no ayuda a perder peso.» No solo me pareció absurdo, sino que me preocupó profundamente. El narrador no ofreció datos sobre la fuente, análisis comparativos o los resultados. Simplemente lanzó una afirmación sin sustento, contribuyendo a la propagación de la ignorancia tramposa para vender un producto.
Este tipo de tácticas degradan el conocimiento, lo convierten en algo sin valor, en un dardo envenenado que golpea la mente de quienes, sin cuestionar, compran la idea.
Manipulación del Saber: Un Peligro para la Sociedad
El conocimiento, hoy almacenado en bases de datos y procesado por grandes corporaciones, es manipulado para llegar a conclusiones convenientes, sin importar la verdad. Este fenómeno pone en riesgo el saber, ya que nuestras decisiones pueden ser fácilmente manipuladas por la tecnología y las ideologías sin fundamento.
Es crucial que seamos selectivos con lo que consumimos. Nuestra decisión de buscar la verdad y el conocimiento real nos pertenece. No dejemos que la inteligencia artificial o los «activistas» sin fundamentos manipulen nuestras percepciones y valores.
Yo ya he tomado medidas para protegerme de esta manipulación, ¿y tú?